Desde el punto de vista de un gato, la arena suelta y mullida de tu huerto es un paraíso hecho realidad: se puede escarbar fácilmente, está limpio y ordenado y supone un rincón confortable y soleado para tumbarse. Aunque su intención no sea mala, tus brotes de remolacha le importan poco. Así que hoy, dueños de mininos y aquellos que recibís la visita de los de vuestros vecinos. Este post es para vosotros.
Hay 3 vías para evitar que los gatos encuentren su rincón predilecto en tu huerto, no son incompatibles, así que un enfoque que integre las tres resultará más efectivo.
Vía 1: Haz inaccesible tu huerto
A los gatos le gusta el suelo mullido y suelto, por lo que camuflarlo o hacerlo inaccesible evitará que escarben en él.
Usa acolchado
El acolchado consiste en una capa de material (ya sea orgánico o no) por encima del sustrato o suelo del huerto. Puede consistir en hojas secas, paja, virutas de madera, grava o una malla antihierbas. Las ventajas del acolchado son muchas (disminuye la evaporación, y supone una zona de cobijo para fauna útil) pero a estas ventajas debemos añadir la que hoy nos concierne: dificulta la tarea de escarbar, con lo que es probable que el esfuerzo les termine de convencer que el lugar donde hacer sus necesidades es su cajón de arena. Por orden de eficacia de menor a mayor los acolchados serían estos:
1. Hojas
2. Virutas de madera
3. Paja
4. Grava
5. Malla Antihierbas
6. Malla antihierbas + virutas de madera o grava
Utiliza un invernadero para proteger los planteles
Utilizar invernaderos, ya sea sobre el terreno o para los semilleros te evitará tener que volver a empezar después de cada siesta gatuna. Lo mejor de los invernaderos es que hacen inaccesible las plantas mientras son jóvenes, y para cuando el huerto adquiere ya cierta densidad, deja de ser tan apetecible para los gatos.
Utiliza una malla para pájaros
Las mallas para pájaros también resultan útiles para mantener alejados a otros animales, entre ellos los gatos, lo bueno de estas mallas es que se pueden colocar en plan tienda de campaña, y si están bien puestas pueden cubrir el huerto incluso cuando las plantas han alcanzado su madurez.
Utiliza malla de gallinero o de alambre
Aunque puedes colocarla como si fuese una valla alrededor de toda tu zona de cultivo, resulta que es mucho más efectiva si la colocas sobre el suelo de forma horizontal y la entierras levemente, ya que a los gatos no les gusta la sensación que tienen cuando pasan sobre ella (recuerda, les gusta lo mullido). Para plantar se hacen agujeros en el alambre y se doblan las puntas hacia abajo.
Vía 2: Utiliza repelentes
No te asustes, el uso de repelentes no les supone ningún daño. Simplemente son mezclas de olores que les resultan desagradables, lo que hará que ese lugar les deje de resultar tan atractivo. Hay varios preparados en el mercado, pero muchos bloggers del mundo de la jardinería aseguran que esta simple fórmula casera funciona:
Receta casera repelente para gatos:
- Pimienta negra
- Ajo
- Agua
Diluye la pimienta negra y el ajo machacado en agua hirviendo. Deja reposar 24 horas y cuélalo. Vaporiza este repelente sobre las plantas y la zona de huerto.
Un truco que yo he utilizado personalmente es el siguiente: Guardo un vaporizador relleno sólo con agua cerca de las mesas de cultivo, si alguna vez veía a mi gata cerca, un par de “rociadas” eran más que suficiente para alejarla. Me bastó con hacerlo un par de veces para que entendiera que ahí no podía estar. Gata lista 🙂
Vía 3: Creales un oasis gatuno alejado del huerto
Los gatos son muy exigentes en cuanto a la limpieza de la zona donde hacen sus necesidades, así que mantener su arenero limpio y accesible evitará que busquen otras zonas. Si los que utilizan tu jardín como baño público son los gatos de tus vecinos, prueba a dejarles una zona limpia y seca, con tierra suelta y mezclada con arena (un rincón o esquina apartado que no utilices basta). Seguirán haciendo sus necesidades en tu jardín, pero por lo menos lo harán de forma localizada y sin arruinarte tus flores o huerto.
Si el problema es que tu huerto es su lugar favorito para tumbarse. Busca otro lugar soleado y planta hierba para gatos (una planta que se comen para mejorar su digestión, lo cual también es útil en el caso de que tu gato se coma -literalmente- tus plantas), el olor de la menta también les resulta agradable, lo que provocará que prefieran tumbarse en esa zona en lugar de en el huerto. Plantar catnip en ese rincón, una planta que vuelve locos a los gatos (de hecho se colocan con ella) puede parecer buena idea, pero a no ser que quieras que todos los gatos del vecindario acudan a tu jardín y se monten un woodstock versión felina, yo lo evitaría. En serio, les gusta demasiado. Añadir un tronco de un árbol viejo que puedan rascar convertirá esa zona en un parque de atracciones para ellos.
Hasta aquí los consejos que puedo dar como agricultora urbana dueña de un dulce gatito. Por el momento he conseguido que la convivencia felino-tomatera funcione. Y tú ¿utilizas alguna de estas técnicas? ¿Tienes alguna otra que quieras compartir?
Juan dice
Los repelentes químicos no me funcionan, los caseros no me funcionan, las mallas en el suelo no son viables. ¿Hay algún tóxico no mortal que los aleje de verdad?