Voy a ser sincera contigo:
Nunca he tenido mucho espíritu navideño.
Una vez se me pasó la ilusión de creer que tres señores con barba se colaban en mi casa, se comían mis galletas y me dejaban regalos bajo el árbol, la magia desapareció. Veía como a mi madre (que es de esas madres que dicen que pasan de estar pendientes de todo el mundo pero que en realidad son las primeras al pie del cañon) casi le daba un patatús cada año de patearse la ciudad buscando regalos y más regalos. En fin, que la cosa parecía que no tenía mucho sentido. Así que decidimos todos restringir la cantidad de regalos. Y con ello se diluyeron mucho las fiestas y las celebraciones.
Todo esto duró un tiempo hasta que algo cambió, me fui a vivir fuera, mi hermana se fue a vivir fuera: llamadas de Skype y estar enganchado al Facebook a tope para enterarte sólo de la mitad de lo que ocurre. Para mi sorpresa, de pronto la Navidad se convirtió en una excusa excelente para pasar tardes con mi madre, para reunirme con mi tropa de primos y bailar hasta las tantas, para cenar con esos amigos que, como yo, vivían fuera, con los del pueblo de toda la vida. Así que, aunque todavía no llego al punto de ponerme a cantar villancicos y tocar la pandereta (con lo que, créeme, hago un favor a todo lo que tenga orejas) se podría decir que me he reconciliado con la Navidad.
Eso sí, mis regalos han cambiado, me siguen sin valer esos regalos sin personalidad y con prisas, las colas y los mogollones, el consumismo puro. Me gusta regalar cosas distintas: mucho más eco, mucho más slow, mucho más personal. Y por eso te paso las 5 preguntas que me hago antes de hacer un regalo, con tal que sea más sostenible y de qualité, de esos que da ilusión recibirlos, pero también hacerlos:
- ¿Regala tiempo?
Vivimos todos tan a lo loco que se nos olvida tomarnos tiempo para nosotros mismos, para relajarnos (para vivir, señores). Hay veces que se nos olvida que los regalos no tienen por qué ser materiales. Aquí entran: sesiones de masaje, entradas de concierto, experiencias, viajes, una sesión de canguro para esos padres que hace siglos no salen a tomarse una copa juntos. - ¿Regala aprendizaje o nuevas experiencias?
Regalos que suponen un nuevo reto o un crecimiento para el que lo recibe, o simplemente que alimenten su alma única y friki: Libros, cursos de fotografía o dibujo, un taller para aprender a hacer pan o carvado de sellos. Lo que más te guste. - ¿Favorece a la pequeña empresa?
Artesanos, creativos, peleones, gente que cuida el producto, el diseño y la calidad, que hace las cosas con mucho amor y… que levantan el país, leñe. Empresas peques que cuidan del medio ambiente, que repercuten en la economía local y que tienen proyectos de integración social. ¡Hay muchas más de las que crees! Y se merecen que nuestros regalos compensen ese amor y esa fuerza que ponen.
Campaña de Creative Mindly para difundir el mensaje de “Comprar pequeño”
- ¿Es eco y responsable y/o promueve actitudes eco y responsables?
Productos que cuidan del medio ambiente durante todo su proceso productivo: cosmética ecológica, slow fashion o juguetes artesanales. Mi abuela me dijo una vez que cada compra es un voto, y que cuando compras un producto decides que empresas quieren que tiren p’alante, que valores prefieres promover, y yo eso lo tengo bastante claro desde enana.
Aquí incluyo toda una sección de productos que van desde bicis, tazas y termos bonitos y hasta totebags, que de por sí no tienen que ser productos ecológicos pero promueven actitudes respetuosas con el medio ambiente, como disminuir el uso del vehículo privado, las tazas de café de plástico en la oficina o las bolsas de un solo uso.
Arriba izquierda > Taller de iniciación a la panadería de Rural It
Arriba derecha > Curso online Plantas medicinales de Organicus
Abajo izquierda > Totebag y calendario de Maria Wolle
Abajo derecha > Packs de cosmética ecológica de Cosmethics
El regalo que lo integra todo: el huerto urbano
Los que seguís este blog ya conocéis a que me dedico: loca de los huertos, creo que los tomates son capaces de cambiar el mundo. Reparto huertos en cumpleaños, aniversarios y, por supuesto en Navidad.
- Con un solo huerto, por pequeño que sea, consigues reducir el impacto ambiental de tu cesta de la compra.
- Consigues comida eco a mejor precio
- Aprendes, aprendes mucho.
- Te ayuda a reconectarte con la naturaleza y a asumir actitudes más responsables con el medio ambiente.
- Te ayuda a encontrar una excusa para salir al jardín y tomarme un tiempo al aire libre.
Por eso este año quería que la colección para Navidad estuviese cargadita de material didáctico y de mucho mucho verde: Kits para iniciar un huerto en cualquier parte y productos nuevos con material descargable con toda la info necesaria para empezar.
Puedes encontrar muchas más ideas para regalos verdes y responsables en nuestra cuenta de instagram y bajo varias iniciativas preciosas que muchas empresas pequeñas están llevando a cabo por esta red, con los hastags #regalosconcoco o #emprendedoresvalientes.
**Sólo me queda decirte: ¡Feliz Navidad!
Marta**
Deja una respuesta