Es fácil oír que los tomates de ahora no tienen nada que ver con los de antes… ¿pero es cierto? ¿Es posible mejorar el sabor de los cultivos mediante técnicas agrícolas? Lo cierto es que sí, el sabor no depende únicamente de la variedad, sino de las prácticas agrícolas que llevamos a cabo. El mercado actual de hortalizas y verduras ha centrado sus técnicas agrícolas para conseguir una mayor producción y una mayor durabilidad de los productos (debido a toda la logística de llevarte el producto desde el agricultor a tu mesa, pasando por toda una compleja cadena de distribuidores). Por el camino se han dejado el factor del sabor o el componente nutricional del producto. Pues bien, una de las muchas ventajas de cultivar tus propias hortalizas y verduras es que puedes utilizar ciertas técnicas para mejorar el sabor de tus cultivos. En este post se desarrollan tres, y son fáciles-fáciles de aplicar. Allá vamos:
1. Cultiva en el suelo siempre que puedas
En el suelo las raíces no encuentran limitación de espacio, pueden extenderse a sus anchas, accediendo así a zonas más profundas en busca de agua y nutrientes. El suelo funciona como un reservorio de agua, evitando que sufran estrés hídrico tan fácilmente como en los recipientes. Pero en lo que refiere al sabor, el suelo guarda un As bajo la manga: contiene ciertos microelementos y minerales que el sustrato nunca podrá llegar a tener, y que tienen un papel importante en el sabor del fruto.
Consejos extras:
- Mantén la salud del suelo aportando materia orgánica de forma regular.
- Dado que cada variedad tiene sus preferencias nutricionales, ves rotando los cultivos para no agotar los nutrientes de las parcelas.
Macetohuerteros, no hay que desanimarse, hay formas de corregir estas carencias de los sustratos:
- Aporta mucha, mucha, materia orgánica, cómo humus de lombriz y compost. (Prueba a añadir cierta cantidad y mezclarlo en los sustratos)
- Cuidado con los fertilizantes muy ricos en Nitrógeno. El nitrógeno es indispensable para el crecimiento de las plantas, pero pasarse con él implica un desarrollo menor de los frutos y, para colmo, un peor sabor también. Así que no te olvides de comprobar las etiquetas de los fertilizantes. Para ello te dejamos nuestra guía para aprender a utilizar los fertilizantes
- Lee atentamente el punto siguiente
2. Fertilizantes que mejoran el sabor
Este punto está directamente relacionado con el anterior, pero personalmente creo que es de tal importancia que se merece un punto a parte.
Los fertilizantes habituales suelen ser ricos en Nitrógeno, fósforo y potasio, que suponen los nutrientes básicos para las plantas. Hasta aquí todo bien, el problema es que muchas veces tendemos a pasarnos con ellos cuando la dieta de las plantas debería ser mucho más equilibrada. Por eso, quería recomendaros fertilizantes que corrijan esta falta de micronutrientes y minerales.
Fertilizantes a base de algas
Estudios sobre la incorporación de algas aseguran que las cosechas se incrementan y la calidad de los frutos mejora gracias a su contenido en macro y micronutrientes. Contienen magnesio, hierro, quelatos, calcio y toda una larga serie de micronutrientes esenciales para el desarrollo de los frutos. También suelen ser ricas en potasio (al cual ahora mismo le dedicamos una sección para él solito) ¿Todo esto que quiere decir? Que estos fertilizantes son a la dieta de las plantas lo que a nosotros es una buena ensalada.
Basta con coger un puñado de algas de la playa e incorporarlo a la superficie del suelo (se secan en seguida, así que no te preocupes por el olor). También existe la opción de comprar un preparado para hacerlo en casa, ideal para aquellos en que la costa se reduce a esas dos semanas de vacaciones en agosto o para eternos atareados.
#Abonos ecológicos ricos en potasio
Otro de los secretos del abono a base de algas es su alto contenido en potasio. El potasio suele ser el componente menos presente de los tres básicos (N-P-K) en el suelo, y es precisamente es el que más relación con el sabor tiene! Además, también aumenta la permeabilidad de las raíces, lo que ayuda a la absorción de micronutrientes y a disminuir el estrés hídrico.
3. Hazles pasar un poco de sed (sin pasarte)
Pasarnos con el agua implica que la concentración de nutrientes, sabor y aroma sea menor tanto en el caso de los frutos como en el de las hojas. Así que aquí van un par de consejos para sacar el máximo sabor jugando con el riego:
- En el caso de aromáticas de secano: romero, tomillo, lavanda… no es necesario regarlas mucho. ¿Te has preguntado alguna vez por qué el sabor del romero recogido en la montaña es mucho más intenso que el tus macetas? Precisamente porque pasa más sed. Además, son plantas acostumbradas al calor y a la falta de agua, así que no las mimes demasiado.
- En el caso de hortalizas de hoja: A más agua, menor la amargura. Si te gusta la rúcula fuerte, disminuye el riego. Si ese picor es demasiado para ti y prefieres una rúcula o unas espinacas más suaves de sabor, incrementa el riego.
- En el caso de las hortalizas de fruto y árboles frutales: Lo ideal es disminuir el riego en el momento del cuajado del fruto. Así conseguirás aumentar la concentración de azúcar y nutrientes.
Estos son sólo algunos de los consejos que se dan en el libro que tengo ahora mismo en la mesa, que es toda una joyita: “Grow for flavour” que viene a ser “Cultivando sabor”, abajo tenéis el link por si lo queréis conseguir. Lo único que está en inglés y todavía no ha llegado a España, si no, ya lo tendríamos disponible para todos vosotros en la tienda ;).
¿Y tú? ¿Te conoces alguna técnica para mejorar el sabor de tus cultivos? ¿Has utilizado alguna de las técnicas productos utilizados arriba?
Fuentes:
- James Wong, Grow for flavour. Royal Horticultural Society
- B.C. López, Enzimas-algas: posibilidades de su uso para estimular la producción agrícola y mejorar los suelos. Terra, 1999
Yadira de los Angeles Baldoquin Molina dice
Es necesario aprender a cultivar de maner ecologica y sostenible para cuidar nuestra salud y la del planeta